Un Panamá entre la esperanza y el desasosiego
Edmundo Dante Dolphy
La Verdad Panamá
Inicia el 2020 con una sociedad sumida en un estrés patético, con pocas esperanzas de mejorar su calidad de vida, al punto que algunos tomaron la decisión de sacar a sus hijos de un colegio particular porque las finanzas no dan tregua, se ensañaron con miles de panameños que no alcanzan a ver opciones en un país cuya vanidad de ser uno de los más ricos de la región y de ser ideal para la inversión extranjera se desvanece cuando observamos que los hijos de la patria mueren por desnutrición severa.
Le delincuencia se tomó las calles, el narcotráfico sigue penetrando los estamentos de seguridad, la salud paradójicamente se mantiene en cuidados intensivos con el dengue por un lado y por el otro, una cantidad alarmante de casos de tuberculosis, una Caja de Seguro Social en estado crítico, casi con un cuadro de muerte cerebral tanto por los pésimos servicios de salud como por las finanzas del programa de Invalidez, Vejez y Muerte.
Una deuda pública que tocó las puertas de varias generaciones de panameños al llegar a la suma de 30 mil millones de dólares, sumado a las exigencias de los organismos financieros internacionales, dignos representantes de un capitalismo perverso que ahoga a los países emergentes.
Una justicia que camina en contravía de los preceptos constitucionales impregnada de malos olores, con señalamientos de corrupción en todas sus esferas, nos aleja cada día más de una institucionalidad fornida, de un estado de derecho ideal en el que no existan leyes para ricos y pobres, donde se respeten los derechos humanos de todos sus ciudadanos.
El presidente Laurentino Cortizo tiene dos opciones: 1. Hacer grande a Panamá con una justicia social legítima, con oportunidades y con las manos limpias o 2. Continuar con el leseferismo que caracterizó a la administración pasada, el atraco al erario, la asociación ilícita para delinquir en perjuicio del propio Estado, la persecución y toda una estructura criminal que desde el poder del gobierno fraguó grandes negocios revelados en los Varelaleaks.
Ya se escuchan y también han sido descubiertos, en este gobierno varios casos de corrupción en licitaciones públicas en diversas entidades y ni hablar de las contrataciones directas hoy maquilladas con el nombre de procedimiento excepcional, una herramienta perfecta para institucionalizar el apoyo a los patrocinadores de la campaña política. Usted ha dicho: Querer a la patria significa no robar ni cometer actos de corrupción…Entonces, le recomiendo que mantenga los ojos abiertos.
¿Que si hay que hacer cambios en su equipo de trabajo? Observo que sí, la crisis que enfrentó con la masacre de 15 muertos en la cárcel La Joyita dejó claro que su gabinete de seguridad no funcionó y, por ende, la remoción no amerita consideraciones de carácter político.
En otras carteras ministeriales también es necesario encender la mecha antes que los problemas superen con creces a los encargados y en consecuencia, a su administración.
Usted siempre lo dijo: “Gobernar es un asunto serio”…