Todos los  años se fabrican nuevos millonarios  en Panamá, se requiere revisar absolutamente todo, Moisés Bartlett

Redacción La  Verdad Panamá

Una constituyente paralela  no va a ser suficiente para atender  los problemas  del país, se debe pensar en una  constituyente originaria, pero no improvisada, con calidad de  constituyentes  y  una representatividad  genuina de la población, dijo a La  Verdad Panamá  el abogado Moisés  Bartlett.

El debate  por cambiar la carta  magna  de  Panamá  ha generado reacciones de  todo tipo  en lo que respecta a los pasos  para  la creación de   una  Asamblea  Constituyente Paralela  que es  uno de los mecanismos  que establece la  Constitución de la República de Panamá en su artículo 314.

Tengo una  visión  bastante distinta a quienes  han estado  promoviendo recoger firmas  para una constituyente paralela. El momento histórico nos revela a los panameños  que las instituciones  están deterioradas  y ese  es uno de los  grandes  problemas que tenemos,  sostiene  Bartlett.

La institucionalidad no existe, es un país  que  obra bajo  caprichos;  capricho presidencial, capricho  de diputados, caprichos de la bancada de  un  partido  dentro  de la Asamblea, capricho del Órgano Judicial, capricho  de dos o tres  magistrados que hacen acuerdos  por su parte. “Cuando un país tiene  crisis a este nivel, creo que debemos  atenernos a revisar absolutamente todo”, afirmó.

Cuestionó que los que  hoy lideran  y   están tras la búsqueda de  firmas, son los mismos que hace cuatro, cinco o seis  años  decían que no se podía, que  una constituyente era   imprudente porque el país se iba a quebrar y  se eliminaría la institucionalidad.

Indicó que la  estructura  gubernamental en Panamá se ha convertido en una fábrica de millonarios y multimillonarios, que llegan a  directores  o a ministros  y en cuatro  años  no son ricos, son millonarios. Y  esto no se inventó  ahora, tenemos, 30 años, cada quinquenio los seguimos fabricando lotes  bien identificados de  funcionarios  millonarios, que a los seis meses de haber  terminado su gestión nos vienen a hablar  al resto de los panameños de transparencia, ética y rendición de  cuentas.

Eso es una burla, el país funciona  realmente por la empresa  privada, empresarios  de clase media  que pagamos impuestos  y trabajamos todos los días. Ese es el país real, porque si fuera por las instituciones gubernamentales hubiésemos quebrado hace rato, acotó Moisés Bartlett.

Ese mismo  grupo hoy  recoge firmas  cuando nos decía que antes  era  imposible  una  asamblea constituyente. Ese mismo grupo  que recoge firmas también  dicen que si convocan a una constituyente  originaria  además de romper    con el orden constitucional  y las instituciones no sabemos  a quién  van a elegir o van a elegir a los mismos que están en la Asamblea.

Si esa  es  la tesis – apunta Bartlett-  entonces no hagamos más elecciones, nos ahorramos  la plata de las elecciones  y  simplemente  ratificamos a todos los que ya están  y no podemos  hacer más nada porque  ellos  se tomaron  los cargos de elección  populares, es un país  fracasado donde los  ciudadanos no podemos hacer  nada  y evitemos el circo    de tanta plata y que se queden ahí  y le damos eternidad.

Estos razonamientos  me llevan a concluir que la constituyente paralela  no va a ser suficiente para los problemas  del país. Yo creo en  una constituyente originaria  pero no improvisada. Queremos una calidad de constituyentes, una  representatividad genuina de la población a la que  hay que preparar  para   eso., dijo Bartlett, aunque añadió  que no cree que en uno o dos años se vayan a producir  las  soluciones a los  problemas  nacionales. “Creo que hay que ver cómo se prepara a la población rebasando  lo que hay”.