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Panamá ampliará proceso de reconocimiento personas refugiadas y apátridas

El Gobierno de Panamá trabaja conjuntamente con el Alto Comisionado de las Naciones para los Refugiados (ACNUR) en mejorar el proceso de reconocimiento de las personas refugiadas y también apátridas, para facilitar su integración, dijo hoy un alto funcionario del organismo de la ONU.

El Representante Regional del ACNUR para Centroamérica, México y Cuba, el ecuatoriano José Samaniego, señaló que con ese propósito en 2016 se firmó un acuerdo con el Gobierno, el sector privado y la sociedad civil.

El objetivo “fundamental” del acuerdo es facilitar la orientación laboral y la capacitación para que las personas refugiadas tengan acceso al mercado laboral, explicó Samaniego.

Adicionalmente el Gobierno panameño trabaja en un nuevo decreto para ampliar el de 1997 que regula el tema de los refugiados y que fue creado cuando llegaron grandes grupos de población colombiana huyendo del conflicto armado en el vecino país.

Con el nuevo decreto, resaltó, “lo que se trataría es justamente de modificar algunas cláusulas y ampliar otras para tener un sistema (de reconocimiento de refugiados) más justo y más eficiente”, indicó Samaniego.

Destacó que actualmente hay unos 2.400 refugiados en Panamá que han sido reconocidos por la Oficina Nacional para la Atención de los Refugiados (ONPAR), adscrita al Ministerio de Gobierno (Mingob), mientras que en 2016 unas 3.500 personas fueron registradas como nuevos solicitantes de refugio.

La población más numerosa de refugiados en Panamá es colombiana, aunque hay también llegados del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras, El Salvador), en particular salvadoreños, pero también venezolanos y cubanos que han pedido refugio, detalló.

De otro lado, Samaniego resaltó que el Gobierno de Panamá “tiene previsto establecer un mecanismo para el reconocimiento de personas apátridas que por “cuestiones de historia, cambios de régimen y problemas de registro nacen y no tienen una patria de referencia”.

Según el Representante de ACNUR, se estima que en el mundo hay más de 10 millones de apátridas y los organismos internacionales están solicitando también procedimientos nacionales para que se les reconozca.

Explicó que en Panamá esta cifra no es muy alta pero está el caso de los indígenas Ngäbe Buglé que cruzan de Panamá hacia Costa Rica para trabajar en la cosecha de café y que están en una especie de “limbo” más por falta de registro de nacimiento que de apátridas.

“Justamente”, expresó, el ACNUR trabaja con los gobiernos de Panamá y Costa Rica en campañas de sensibilización “para evitar que las personas carezcan de nacionalidad y registro en uno de los dos países”.

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