Los Tratados Torrijos-Carter y dos canales
Por: Edwin A Salamín J.
Abogado y Ex Ministro de Trabajo.
Al referirme al 44 aniversario de la firma de los Tratados Torrijos-Carter, el de septiembre de 1977, en el salón Las Américas de la OEA en Washington D.C, es por considerar que ese hecho marcó una impronta fundamental en nuestra vida republicana, así como un antes y un después de nuestra historia como Nación.
La firma de los Tratados Torrijos-Carter, no solo constituye un acto de Estado que colgó la medalla de oro de las luchas generacionales de nuestro pueblo por alcanzar nuestra plena soberanía y la eliminación de la Quinta Frontera, sino que también eso constituye a mi criterio, el hecho más trascendental vivido y sufrido en nuestro país en el siglo XX, indistintamente de quienes estuvimos a favor o en contra del mismo por las razones que cada panameño haya tenido. Toda vez que el acto de la firma per se, fue el resultado de la capacidad política, diplomática y estratégica que este pequeño país tuvo para lograr ese objetivo. Recibimos el apoyo de la comunidad internacional sin precedentes en el entendido que las reclamaciones de nuestro pueblo eran justas moral y éticamente. En adición a que reconocieron la importancia que los activos del Canal de Panamá, pasaran a formar parte no solo del territorio nacional, sino que se constituyera en el patrimonio a explotar más importante en ésta privilegiada cintura transístmica en favor del desarrollo económico y progreso social del país. Constituyendo ese proceso de reversión el resumen de los principios éticos y morales que amalgamo la lucha de los panameños en esa conquista.
Es decir que, hoy 44 años después donde Omar Torrijos y Jimmy Carter, lograron ponerse de acuerdo, Panamá y los panameños administran el Canal de Panamá, con responsabilidad, inteligencia, capacidad técnica, eficiencia, pertinencia, transparencia, recibiendo sus frutos para que las presentes y futuras generaciones tengan un mejor bienestar.
Debo reconocer que los gobiernos posteriores a la firma de los Tratados también contribuyeron a que ese gran activo nacional se adaptara al crecimiento económico del país en función que el gobierno de Guillermo Endara, convocó a los diálogos Bambito 1 y 2, Coronado 1 y 2, donde se retoma la hoja de ruta para recibir la Administración del Canal e impulso el debate respecto a vertebrar el Título XIV de la Constitución Nacional sobre el canal. El gobierno de Ernesto Pérez Balladares, le correspondió la aprobación de la Ley Orgánica que creo la Autoridad del Canal de Panamá (ACP). La administración gubernamental de Mireya Moscoso, reestructuró la Tabla de Tarifas y Peajes aplicable a las naves que lo cursan y tuvo el honor de recibir junto al pueblo panameño sin distingo de ninguna naturaleza con alegría, júbilo y orgullo nacional la administración total del Canal de Panamá, aquél lluvioso mediodía del 31 de diciembre de 1999, cerrando el ciclo de aquellos largos y cortos 23 años desde 1977.
Posteriormente la gestión de gobierno de Martín Torrijos Espino, convocó al pueblo panameño a un referéndum para aprobar o no la ampliación del canal, lo que se asumió con responsabilidad patriótica aprobándose en las urnas en un margen de 4 a 1 en las urnas el SÍ a favor de la ampliación. Obra grande, titánica, colosal y desafiante, como la emprendida por los norteamericanos en 1904 y que en el 2006, la iniciaríamos los panameños para adaptar al canal a las nuevas tecnologías exigidas por el comercio marítimo internacional e insertarlo en ese esquema con un nuevo giro de negocios que los panameños le imprimimos trasformando el concepto geo-político y militar que desarrollaron los estadounidenses. Agotando con ello técnica, jurídica, política e históricamente esos lineamientos de uso del canal.
Significa entonces que, la ampliación constituye la construcción de un segundo canal orientado a ser más competitivo y productivo con el objetivo que Panamá y los panameños seamos los favorecidos de los recursos de esa empresa estatal. Donde incluso las obras de ampliación se revistieron del concepto de Trabajo Decente impulsado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para proteger en todos los aspectos a los más de 7 mil trabajadores que participaron en la misma. Un proyecto de más de 5 mil millones de dólares de inversión avalados por los organismos multilaterales de financiamiento sin riego alguno para el Estado Panameño. Las obras de ampliación continuaron durante el gobierno de Ricardo Martinelli, terminaron y fueron recibidas por la administración de Juan Carlos Varela, lo que también significó una fecha relevante para nuestro país.
En resumen, reitero que después de 44 años de la firma de los Tratados Torrijos-Carter, donde dos hombres estamparon sus rúbricas en ese épico documento, hago un sentido reconocimiento a Omar Torrijos y Jimmy Carter, porque esa firma enaltece la sangre y la ilusión de pasadas generaciones de panameños en sinergia con la esperanza de un mejor presente y futuro para nosotros, nuestros hijos, nuestras familias y sobre todo para nuestro pueblo. Toda vez que el Canal de Panamá, hoy día ampliado continúa siendo el paso más atractivo del hemisferio occidental por donde transitan más de 8 mil buques anualmente rindiendo gran cantidad de recursos económicos a nuestro país.
Cuidemos y protejamos el Canal de Panamá, exijamos el cumplimiento del Pacto de Neutralidad, toda vez que como ciudadanos tenemos derecho y el deber de solicitar a la actual y posteriores administraciones gubernamentales que los recursos del canal privilegien el retorno social y el uso más colectivo posible.
Viva Panamá.
Vivan los Tratados Torrijos-Carter.
Reconocimiento y gratitud a los negociadores panameños.
Foto. Cortesía Wikipedia
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