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La millonaria evasión fiscal debe discutirse en el diálogo nacional por la CSS

Redacción La Verdad Panamá

La evasión fiscal en Panamá ronda los diez mil millones de dólares, dinero suficiente para invertirlo educación,  en salud y seguridad alimentaria,  manifestó a La Verdad Panamá el exdirector de la Caja de Seguro Social Juan Jované.

El profesor  en economía de  la  Universidad de  Panamá indicó que cuando nos preguntamos  de  dónde  viene  esa evasión  que representa  el 8.3  del Producto Interno Bruto la respuesta  está en sumar  la corrupción  que nos puede  costar  el 4%  del  PIB anual, el mal  uso del aporte  de la  Autoridad del Canal de Panamá de 2.7%, más  el 4%  de la  evasión fiscal como tal.

“Cuando sumas  y lo comparas  con el PIB del año 2019, son 10 mil millones de  dólares que podrían  servir para salud, educación, seguridad alimentaria, pero estos gobiernos corruptos que tenemos dejan eso. No se quieren meter con sus amigos que son los empresarios  que son los que de hecho están  evadiendo, estos son los  aspectos que se deben discutir  en el diálogo por  la Caja de Seguro Social, puntualizó.

Jované cuestionó  al ministro de Economía y Finanzas Héctor  Alexander  cuando  expresó  que no tenemos  espacio fiscal. “Claro que hay espacio fiscal  y no estoy  hablando del sistema  tributario  que  no es  justo porque  aquí  solo pagan impuestos  las  clases medias  y los  trabajadores, mientras  los empresarios  se dan el lujo de   incumplir  con la tasa  impositiva que le pone  el Estado panameño”.

El exdirector de la  Caja apuntó  a la evasión de la cuota  obrero patronal que representó  alrededor  de 500 millones de  dólares  anuales  para  el año 2019. Reveló que el cálculo  hecho en cuatro o  cinco  años  arrojaba  unos  4 mil millones  en evasión. Son  temas que  tienen que discutirse  pero no lo van  a hacer  porque es un diálogo controlado en parte por el sector empresarial y el gobierno.

Al adentrarse  al diálogo   nacional, se refirió a los parámetros utilizados  en la mesa, “se tienen que validar los datos con que se harán las  proyecciones, eso no se hizo. Se le dieron 3 o 4 semanas al gobierno para decir cosas  que eran inexactas, por ejemplo: eso lo hicieron recordando el año 2008  con la Ley 51, en donde subestimaron la tasa de crecimiento  de la economía panameña de manera tan notable, se les  advirtió pero siguieron”.

Leí  -dice  Jované-  que el encargado de las  finanzas de la  CSS  pronostica que para  siempre  la tasa de  crecimiento de la economía panameña será  de 4%. Mientras que el Banco Mundial afirma que en el período de reactivación será de 9%. Ahí hay un error, pero todavía estos organismos señalan que la velocidad de ruta de la economía panameña es de 5%.  Para confirmar estos números, indicó que en la Universidad de Panamá hicieron un trabajo con estadísticas  fuertes para  conocer  si  había esa  estabilidad a través del tiempo y encontraron que  la tasa  de crecimiento es de 5.3%, o sea la  velocidad  crucero de la economía nacional.

Entonces hay que preguntarle al director de la CSS y al de finanzas porqué la bajan a 4 %.  Esto despierta  sospechas porque si bajas la tasa de crecimiento de la economía, hay menos empleo y si hay menos,  el problema se ve más  feo “entonces van apuntando a tratar de convencer a la población de que tienen que aceptar lo que a ellos les dé la gana”.

 

El profesor Jované cuestionó en parte la hoja de ruta del diálogo  ya que se está discutiendo sobre seguridad social  sin discutir el modelo de economía que tenemos. “Que ha pasado  con la distribución del ingreso en Panamá. Con todo  y el crecimiento, lo que ocurrió es que  la participación de los  salarios  en el PIB  empezó  a caer  y fue cayendo y cayendo y todo mundo tiene la impresión  de que hubo un crecimiento pero no le llegó a la población”.

 

Sostiene  que esto tiene mucho que ver porque la seguridad  social vive de los salarios, de la cuota que  gana la institución. Cuando cae la participación de los salarios en el PIB, obviamente  que se afecta  la Caja de  Seguro Social. La excusa  que  dan los  empresarios  es que la productividad del trabajo bajó, sin embargo, una medición  estableció  que en el mismo período  en el que cayó esa  participación del salario, resulta  que de hecho, la productividad del trabajo creció en 69% mientras  los salarios crecieron  en 26 o 27%.

Aquí hay un signo que si le ponemos un nombre se llama “apropiación indebida” de lo que sería la regla económica  que dice  que el salario  debe ser igual a la productividad marginal del trabajo, concluyó  Juan  Jované.

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