Expresiones

La crisis de la democracia liberal es una ruptura con el capitalismo neoliberal

Por Juan Carlos Espinal

INFORME RED: Los cambios sociales, políticos y económicos que está experimentando las sociedades de AL y Caribe están vinculadas a la crisis del capitalismo neoliberal en su fase de putrefacción. Este modelo económico en lugar de generar riquezas y excedentes está provocando la ruina financiera de la democracia representativa.

Algunos intelectuales libero- conservadores tradicionales han establecido que República Dominicana es inmune a los procesos socio políticos que se están manifestando en el Hemisferio. Establecen una especie de colchón que permite que la lucha de clases desencadene en un proceso más amplio de movilidad social y ruptura. Están equivocados.

En el país están dadas todas las condiciones sicológicas y materiales para la aparición del fenómeno de excepción. De hecho la división del PLD forma parte del ciclo de decadencia de la democracia representativa que inauguró el PRSC pos Balaguer y el PRD pos Peña Gómez que a su vez es la misma circunstancia con diferentes actores con lo que ocurre con el PLD. La sociedad dominicana del año 2020 está plenamente consciente de que el actual modelo económico en lugar de crear fuentes alternas de desarrollo está provocando recortes en todas las áreas de producción.

Las brechas científico tecnológicas se han ensanchado y la deuda externa se ha disparado. A ello se suma la pérdida adquisitiva del peso y los fenómenos geopolíticos en Chile, Honduras, Haití, México, Brasil y el Caribe anglosajón y francofono. Las clases medias y los trabajadores latinoamericanos y caribeños cada día están abandonando los partidos y cada vez menos creen en las instituciones nacionales. Quienes han dejado de percibir la triste realidad de las condiciones de vía de los dominicanos no está en condiciones de comprender la guerra comercial China – EU y sus consecuencias geopolíticas y estratégicas en la economía dominicana y su impacto negativo en el desempleo.

Las brisas de cambio social que soplan desde Sur América y que se manifiestan de diversas formas, estilos o maneras no debe ser descartable en RD. Que esos cambios aun no adquieran matices ideológicos no quiere decir que su cultura no haya penetrado nuestros espacios o de que nuestras costumbres sean infalibles.

En Haití se está dando un laboratorio geopolítico que más temprano que tarde dará inicio a procesos de excepción y estos efectos influenciarán en la parte este de la isla. Quienes veían en Adecos y Copeyanos un futuro cierto son los mismos contemporáneos que respaldaron a Carlos Andres Pérez pero que nunca se dieron cuenta del camino que Venezuela estaba trillando. Los sistemas de bienestar colapsados y las grandes compañías multinacionales haciendo lucro con la seguridad social sin duda abre las puertas de par en par a una potencial ruptura social de carácter histórico.

Las fuerzas oligárquicas y las clases sociales dominantes tratan de manera infructuosa de colocar un muro ideológico y político a las fuerzas sociales progresistas cuando no, combatirles. La suerte es que el mundo se ha estado revolucionando permitiendo que nuevas condiciones políticas se manifiesten en ocasión de la destrucción de los partidos demócratas y republicano de EU. Los complejos procesos de cambio radical vienen precedidos de crisis en el sistema partidos, derrumbe de la confianza pública, constitucionalidad difusa y problemas estructurales de caracteres histórico y culturales. No estamos lejos de la disrupción social ni estamos exentos de un profundo cambio político que transforme las circunstancias actuales en tiempo y espacio revolucionando la cuestión.

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