Expresiones

En torno a gabinetes ministeriales, alianzas y otros menesteres del arte de gobernar

Por Ramiro Guerra M.(RG)  Abogado y cientista político.

Observo experiencias de otros países y llama la atención, que los gabinetes de ministros, reflejan pactos o acuerdos con aliados y sobre todo con las fuerzas vivas o motrices de la sociedad. En ocasiones, he escuchado, que los amigos son buenos para compartir; pero en cuestiones de estado y la política, el fondo es otro; el como sacar al país adelante.

Funcionarios que estén conectados con el pueblo; que sepan o tengan un sentido de equilibrio para administrar los temas que son de su competencia. Salvo  una que otra excepciones, tenemos ministros que no refjejan el abanico social panameño. Los trabajadores, los pequeños y medianos empresarios, los reales productores del campo, de esos que se fajan con la tierra y la producción ganadera, no tienen ningún protagonismo en las decisiones de políticas con relación a ellos. Todo lo contrarios , estos constituyen el gran mozaico social  de los excluidos.

No se trata de algo sin importancia. Difícilmente un gobierno, puede acometer reformas del estado y de la economía , con un alcance democrático, si adolece de una base de sustentación de esa naturaleza. El partido , no lo es todo en una gobernanza democrática.

En días posteriores al triunfo del candidato Cortizo, señalé, cuenta con un buen programa de gobierno, pero cuya viabilidad la pongo en duda, en tanto este , su ejecución,si no  pasa por la fragua de una alianza y una base de sustentación social,que por naturaleza son capaces de llevarlo a cabo. Ello no ha ocurrido.

Soy del  criterio, que esa lógica, de  que el capitán de una nave se va a pique con ella y su tripulación, en política y mas  en cuestiones de estado y gobierno no funciona. Pienso que  le está llegando la hora al sr. Presidente Cortizo, de replantearse la mayor parte de su gabinete; el ministerio de economía y  finanzas y otros demandan de nuevos enfoques y paradigmas. Igual otros.

Por el bien del país, el presidente tiene que abocarse con su partido, a una suerte de crítica y autocrítica; si fuera el caso, corregir, hacerlo con determinación.  Se trata de construir equilibrios por los lados del poder.

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