Expresiones

Apoyar a los pueblos indígenas de Panamá en la lucha contra COVID-19

Teobaldo Hernández Thompson
Geografo/ Especialista Social y Ambiental

El impacto de la COVID-19 podría acentuar las desigualdades que ya existían en países como Panamá. Por eso, y aunque este país aún no vive el escenario más extremo de la emergencia, es necesario ampliar cuanto antes la mirada hacia el mundo indígena, poniendo énfasis en aquellas comunidades que viven más cerca de las ciudades, así como en aquellas que se encuentran en aislamiento o contacto inicial.

A pocos días de que Panamá decretase el confinamiento obligatorio para frenar el coronavirus, se detectó el primer caso positivo en un hermano indígena, quien ahora está recuperado. Desde ese momento, los 51 pueblos  de Kuna Yala,  han liderado una serie de medidas para protegerse.

De inmediato, El Congreso General Kuna, CGK, Autoridad Regidora del Pueblo de Kuna Yala convocó a los lideres de cada pueblo –  comunidades a ratificar la cuarentena comarcal, cerrando el ingreso de foráneos para controlar la propagación del virus. Esto ha sido acatado, asimismo, las mismas comunidades en su esfuerzo han comunicado las medidas dictadas por el Ministerio de Salud, traduciendo los materiales oficiales a nuestras lenguas originarias.

Si bien estos pueblos están organizados frente a la amenaza global, el Estado panameño,  a través del Ministerio de Cultura, debería también estar afianzando una respuesta desde un enfoque intercultural para garantizar su salud en este nuevo escenario pandémico.

Un desafío para los sistemas de salud

Si el pico de esta pandemia para muchos países representa un colapso de sus sistemas de salud, esto podría ser más devastador para los pueblos indígenas en nuestro Panamá,  según han manifestado muchas organizaciones, existe mucho desabastecimiento de los centros y puestos de Salud en los territorios Indígenas, sin medicamentos ni equipos necesarios y con grandes dificultades para aplicar el enfoque intercultural, clave para valorar las creencias y visiones relacionadas con la salud, y para complementarlas con acciones concretas por parte del Estado.

Cuando no se mira desde lo intercultural, brotes de enfermedades, como la hepatitis B, acaban siendo un riesgo de extinción, como vimos en los  pueblo kandoshi en Loreto, Perú. Este caso alerta sobre la situación de muchos pueblos, cuyo sistema de salud tradicional no es suficiente para hacer frente a la enfermedad y revela, además, la necesidad de una formación y capacitación en salud intercultural desde los órganos sanitarios del Estado que les permita comunicarse mejor con la población y comprender sus prácticas para fortalecerlas.

Esta preocupación se traslada a los pueblos en aislamiento o contacto inicial. Muertes masivas ya se han dado por enfermedades como gripe o sarampión, para las cuales no tienen inmunidad. Estos pueblos ejercen, por tanto, su autodeterminación al aislarse. Una medida que, al igual que hoy nosotros experimentamos, nos garantiza nuestra sobrevivencia. De ahí la importancia de que el Ministerio de Cultura se deba integrar y tener mayor protagonismo en este escenario. Aciertos como lo han realizado las autoridades de los Pueblos Indígenas como la  suspensión y  el ingreso a las Comarcas Indígenas y Territoriales.

El Estado está encaminado a tomar acciones diferenciadas y es necesario enfatizar en que sean adecuadas a sus creencias y concepciones acerca de las enfermedades; así como a sus particulares condiciones de vida. Estas medidas deben contar con la intervención intersectorial en diferentes etapas, que van desde la informativa hasta la adecuada atención y equipamiento de los centros de salud y atenciones médicas que prestan servicios a estos pueblos.

Protocolos de seguridad

Asimismo, se debe enfatizar en la atención de emergencia, estableciendo protocolos de seguridad que permitan, por ejemplo, una rápida evacuación de los afectados en caso de que el brote del virus se diera dentro de las comunidades.

Como bien ha establecido el Ministerio de Salud, el flujo de comunicación debe darse en lenguas originarias-indígenas, a través de medios orales y de rápido acceso, y con una mirada de género, considerando el rol de las mujeres dentro de sus familias como cuidadoras del hogar, de niños y adultos mayores.

Ya lo ha dicho los Pueblos Indigenas  desde su cosmovisión, “el calor de nuestra Abya Yala y las plantas sagradas enfrentarán el COVID-19, pero no podrán detener esta tragedia” si no se toman las medidas adecuadas. Desde las diferentes organizaciones solidarias yse deben reafirmar  nuestro compromiso con las poblaciones más vulnerables en el país y, en esa línea, se debe priorizar con el Estado panameño y las organizaciones indígenas una serie de acciones concretas para la prevención ante el virus, fortaleciendo las capacidades a nivel comunitario y territorial con el despliegue de medios comunicacionales con enfoque intercultural; así como para la respuesta, a través del análisis de la vulnerabilidad territorial de los pueblos indígenas; y para la recuperación, a través de recomendaciones que ayuden a acelerar el bienestar de esta población.
Iddogua.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *