154 millones de niños se encuentran fuera de las escuelas por COVID-19
La crisis sanitaria pone en evidencia una vez más, la injusta organización social de los cuidados en la región, la importancia de los cuidados para la sostenibilidad de la vida y su poca visibilidad en los sistemas económicos, en los que se siguen considerando una externalidad y no un componente fundamental para el desarrollo.
Las respuestas a las necesidades de cuidados deben pensarse desde un enfoque de género, pues son las mujeres quienes, de forma remunerada o no remunerada, absorben la mayor carga de los cuidados.
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL), considera que al 23 de marzo de 2020, alrededor de 154 millones de niños, niñas y adolescentes (más del 95% de los matriculados en la región) se encontraban temporalmente fuera de las escuelas, cerradas a causa del COVID-19 (UNICEF, 2020).
Esos niños y niñas requieren cuidados que sobrecargan el tiempo de las familias, en particular, el de las mujeres, que dedican diariamente el triple de tiempo que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados. Además, las desigualdades de género se acentúan en los hogares de menores ingresos, en los que las necesidades de cuidados son mayores, pues cuentan xcon un número más elevado de personas dependientes por hogar.
Ante este nuevo escenario -señala la CEPAL- en que los sistemas sanitarios operan al máximo de sus capacidades, una gran parte de la atención de salud se traslada a los hogares, lo que aumenta la presión sobre el tiempo de cuidados, sobre todo, una vez más, en el caso de las mujeres. Esto además de que los grupos de alto riesgo- como las personas mayores- requieren apoyo para realizar las tareas más rutinarias y básicas, como la compra de alimentos y de medicinas.